viernes, 18 de enero de 2008

Ayer por la tarde estuve contando los alisos.


Así empezó a contarme mi padre lo que había hecho un día de estos. Después me dió mucha más información (sobre todo de términos que no domino, de la zona)
(Aprovecho para agradecerle lo que sigue enseñándome)

Los Alisos que nos vienen del pueblo vecino: o sea Valdealiso.


Hoy voy a hablar de cosas muy vivas en los alrededores de Cifuentes, y también de sus topónimos y más cosas que los conocedores de la zona os sonarán muy familiares.
Comienzo mi relato, cómo no, con el recuerdo. Pero es que es inseparable. Hubo un tiempo en el que yo, sin ninguna responsabilidad, me dedicaba a ir a ver como las máquinas hacían caminos desde el monte hasta la cuesta y hasta más allá de Valdealiso. Más bien era llevado, por aquel entonces yo debía rondar los 5 ó 6 años. También recuerdo los cangrejos que abundaban por todos nuestros regueros. Pero en especial recuerdo los que había en el reguero de la Magdalena, vamos el que baja por el valle de Valdealiso, lugar donde hice mi primera captura. Y fue a la altura de las alcantarillas, mentidero habitual de jubilados y paseantes sin mucho más que hacer que contar historias y comentar todo lo comentable.
Un reguero que en verano llegaba a secarse, sobre todo por el aprovechamiento para el regadío. Así todo en la cabecera siempre debía de haber un buen remanente de esta especie pues al año siguiente al levantar cualquier piedra salían cangrejos por docenas. Aún hoy en día por encima de Valdealiso se pueden encontrar los autóctonos (un milagro).
Pero a lo que vamos. Además de esto, el valle tiene un árbol que le da nombre al pueblo de su cabecera: los alisos. Estos árboles son semicuáticos, siempre sus raíces estén tan cerca del agua que suelen sujetar los cauces, y hacer que estos no se modifiquen. Además son indicadores de aguas bastante puras, o sea poco contaminadas. Pues estos árboles que hace unos años solamente se encontraban más allá de la nave de Gelín ( en la carretera de Valdealiso la única construcción de bloques a la derecha de la misma), hoy en día ya llegan casi hasta la desembocadura del reguero con el río Esla.
Desde donde comienza el término de Cifuentes, donde se encontraban las antiguas “Casas del Monte” se pasa por diferentes pagos: El Fresnal, el Praderón, El Roto, La Negrillera( al lado de la hortaliza de Ángel y la era de Pepe). Y ya cruzando la carretera en dirección al río nos encontramos con La Serguerina, La vega de Casasola y Los Ansareros. Para terminar un terreno comunal llamado el Puerto, y dentro de éste, los Fresnones (fresnos centenarios que hoy sobreviven entre una
plantación de chopos).
Pues en estos últimos términos es donde ya se cuentan más de doscientos árboles de esta especie, a casi un kilómetro de donde poblaban antaño.
Se cuenta que de estos árboles se fabricaban barcos, y que han sido los cimientos de ciudades surgidas sobre las aguas como Venecia. Además son un buen cobijo para unas cuantas especies de nuestras aves.
Además buscando buscando he encontrado estas propiedades curativas:

Las hojas, recién cogidas, colocadas aplanándolas bajo las plantas de los pies, y con los calcetines, sanan los pies doloridos y sudorosos, ya por andar mucho o calzado no adecuado. Desmenuzadas las hojas, en cataplasma, puestas en los pechos provocan la retirada de la leche en las embarazadas, o la cura de heridas de difícil cierre.
- La corteza cocida, en gargarismos o enjuagues, endurece las encías, afianza los dientes y corta las anginas o inflamaciones de garganta.

Bueno que no soy ningún técnico, solo comparto mi ignorancia. Si sabes más cosas, añádelas en algún comentario.

Hasta pronto

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