Este mundo inmenso que es internet, a la vez que apasionante, como la montaña.

Es nuestro pueblo algo pequeño y desde el cielo difícil de reconocer, pero la cigüeña, como la mayoría de nosotros no se equivoca. Cada año vuelve a ocupar sus nidos, el de la iglesia y el de la vieja escuela, la torre del reloj. Y desde el aire seguro que ve nuestros tejados intrincados y rojizos, viejos y cálidos.

También reconocerá nuestras calles flanqueadas por casas hechas con adobe, viejos pajares, esa carretera que nos lleva al mundo y que nos trae de él. Todo eso, la cigüeña lo ve desde su atalaya.


Pero nuestra fuente de vida, sin lugar a dudas, es el agua. El río Esla, antaño Astura, limite con la España mora. Fiel observador de paseantes y pescadores, de curiosos y bañistas, de Puentes Blancos y de Hierro, truchas y barbos.

Sin duda, que todas estas cosas estarán grabadas en la memoria de las cigüeñas que cada año nos visitan y que este año llegaron incluso antes de las campanadas. Es curioso como vamos a ir teniendo que cambiar los refranes con el cambio climático, porque a ver a quién le cuentas hoy en día eso de "Por San Blas la cigüeña verás..."
Me parece a mí que vamos a tener que adelantar la feria y fiesta de Gradefes, con el consentimiento de ayuntamiento, santoral, bueno no sé a quién le tendremos que pedir permiso.
Pero nosotros también guardamos todo este tipo de cosas en nuestra memoria, igual que las cigüeñas. Y volvemos cada año, ya sea ahora con gps o con mapa de carreteras o con esa cada vez menos utilizada memoria. Y hemos sido, somos y seremos unos muy buenos espectadores mirando desde lo alto...

Gracias a todos los visitantes, desde un rincón del mundo.Esperamos vuestra participación, de vez en cuando también hay que ser actores, no sólo espectadores, para eso estamos vivos.
2 comentarios:
Pablo: mira mi felicitación y mi colaboración en la siguiente entrada...
Nos ha gustado mucho lo de las cigüeñas.En el paseo de esta tarde fueron los únicos seres vivos que encontré por el campo. Llegaron las de la iglesia y nuestras vecinas del Trinquete que siguen riéndose del espanta-cigüeñas y viviendo tranquilas a su lado.
Teresa
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